Escrito por Pepe: | |
a probar las nuevas reequipaciones hechas por nuestro club
hacía unos fines de semana.
Comenzamos por la Manuel Mozo, cuya tirada de químicos te
hace que parezca el descenso de una sima diferente. El
descenso del P90 se hace más pendulado hacia la izquierda y
la entrada y salida del pozo es ahora mucho más sencilla. Aún
así, vamos a ir el fin de semana que viene a rectificar los dos
químicos de entrada al pozo -cambiarlos de sitio- para dejarlo
perfecto.
En la Manuel Mozo también pusimos una cuerda fija en la grieta
que te cambia de pozo (del P90 al P40). La bajada resulta ahora
más cómoda y sencilla.
Siento no tener fotos de esta actividad, pero queríamos
robarlo de forma rápida para que nos diera tiempo a ir también
a la Bustal.
Nos fuimos andando a la Bustal III, que ninguno de nosotros
habíamos bajado nunca, y resulto ser una de las actividades
más gratas que habíamos hecho nunca. El día era soleado y la temperatura primaveral y agradable, lo que hace que cualquier actividad al aire libre sea un verdadero placer.
Llegados a la boca de la cueva, pasamos para instalar y
bajar. La entrada recuerda la del Cueto en Cantabria, cosa
que te trae unos recuerdos inolvidables. Como el día era tan
bueno, el ambiente entre los chicos y chicas de Viana era de
euforia, así que entre comentarios jocosos comenzamos a
instalar la vertical.
La instalación de la Bustal es sencilla: un corto pasamanos y
dos "Y" (si quieres poner dos vías de descenso, que era el caso).
La breve zona horizontal te a cerca de forma súbita al P60 y,
quizá por ser primavera, las paredes de la cavidad tenían un
precioso tapiz verdoso. Todo era optimismo. Tiramos las dos
cuerdas de 70 como si fuera la Torca del Carlista y ... nos
dedicamos a hacer poesía.
"Tras el verde tapiz silbaba la cuerda de setenta desde la
soberbia cabecera…"
Eparco (Autor renacentista emparentado con Garcilaso de la
Vega y ducho en églogas y cantares).
Dentro de esta atmoósfera cultural y erudita, procedimos al
descenso de la sima, que colmó totalmente nuestras ansias
de ese efluvio literario, y comenzamos a subir por las dos
cuerdas instaladas. Tardamos unos quince minutos en subir,
y muy contentos y cultivados salimos fuera para comer algo
y después irnos a Guadalajara y Alcalá.
Nota: Esta sima ha quedado un poco desmitificada al ver que
se baja totalmente con la pared en los pies, pero siempre
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