Después de algún cambio de planes, decidimos ir a visitar la antigua mina de plata de Bustarviejo, en la Sierra de Guadarrama. Se trata de una mina de la que se conocen las primeras explotaciones en el siglo XV y aunque se dio por terminada su actividad a finales del siglo XIX, en 1977 hubo una campaña de explotación de la que pueden observar algunos vestigios de la maquinaria minera según nos aproximamos a la mina y en el interior de esta.
Pese a que la distancia de la aproximación no es mucha, se nos hace dura debido al calor que aun aprieta a esa hora de la tarde y el desnivel que tenemos que salvar.
Nos vamos acercando a la torre de la Mina, un viejo molino
que servía para triturar el material extraído de la misma.
Se agradece un descanso a la sombra del interior de la torre
después de la subida y el calor que hace.
¡Cualquiera sale con la que está cayendo!
Pero le echamos valor y antes de darnos cuenta ya estamos
equipados y colgando de la boca del pozo maestro (16m).
Hemos decidido entrar y salir por este pozo y en lugar de
hacer travesía y salir por la bocamina al no ver preparada la instalación como
para recuperar sin dificultad la cuerda una vez llegados a la base del pozo. Se
supone que tiene tres fraccionamientos pero el último parabolt está roto, por
lo que tenemos que colocar un quitarroces.
Nada más bajar encontramos la Gran Sala o Plaza de Toros,
con unas dimensiones de 10x10m y una altura de 14m en algunas zonas. Algo
interesante de esta mina es que está tal y como la dejaron los mineros en su
última explotación de 1977. Un ejemplo de ello es este “canasto” que utilizaban
para subir el mineral al exterior.
…como la de la cabra...
Continuamos con nuestra visita después de esta experiencia
espiritual bajando el pozo de 13m que
nos queda hasta la galería de arrastre. Para acceder al pozo hay instalado un
pasamanos, aunque la chapa a la que está sujeto y tenemos que usar para bajar
está un poco suelta. Tras unas vueltas de tuerca nos descolgamos del pozo.
Y ya estamos en la Gran Galería. Seguimos los railes de las
vagonetas…
El camino es cómodo, pero en algunos puntos tenemos que
doblar el lomo.
Podemos observar detalles de los refuerzos de paredes y
techos de la galería y nos preguntamos cuánto más resistirán las vigas de
madera…
Bordeamos una galería inferior actualmente inundada y enseguida
encontraremos la salida por la bocamina.
En esta parte de la galería se hacen imprescindibles las
botas de agua.
¡Y por fin vemos la puerta de la galería y aun un poco de
claridad en este atardecer veraniego!
Y aquí acaba nuestra aventura de hoy…
Como es costumbre últimamente, tenemos video