El sábado salimos para Bustablado, después de no pegar ojo por el viento huracanado que parecía iba a tirar el albergue (“apocalíptico” diría Piqueras en Tele5). Nos vestimos de romanos y el GPS nos deja en la entrada de Vallina.
Está llena de fósiles y desde dentro semeja un ojo a medio cerrar. Los que más pilotan nos dejan a los menos que nos soltemos y que vayamos abriendo el melón. La primera gatera tiene un recipiente y una esponja para achicar el agua que se suele acumular. Por suerte no tenía casi.
Durante la travesía surgían dudas con la topo. No estaba bien redactada y se abrían continuos paréntesis que nos despistaban. Al final todos de acuerdo y para adelante.
Cuando salimos a todos nos resultó una travesía cómoda y gratificante. Javier se portó como un campeón y nos dejó algunas frases lapidarias: “que sea de 12” antes de cada pozo, “ya no hacen cosas como estas” y era una mochila rosa de galletas Cuétara o “a ver, reunión de gepeeses” a la salida para fijar coordenadas.
Contemplando el horizonte desde la marcada curva a la derecha del camino que es el parking de Nospotentra
Las vacas y el mal tiempo impidieron hacer algo por la tarde. Al llegar al albergue, dos polacos enrollados y majetes, Max y Lucasz, nos reconocen por los logos de los forros (este tanto para Noe). Nos cuentan que habitualmente visitan nuestra página, se bajan las descripciones y topos de ella y que si nos pueden acompañar el domingo. Sin problemas y como Javier decide no forzarse, somos nueve para Sol viejo- Rayo de sol.
Madrugamos y llegamos prontito. Tres, Alicia, Max y Jonathan, se acercan a la salida para confirmar que la salida está instalada en fijo y no hay que instalar ninguna cuerda.
Los demás vamos a la entrada de Sol viejo, que es como el ojo de una cerradura en su primer tramo.
Los tres mosqueteros llegan enseguida porque los dos pozos finales están instalados en fijo. Una vez bajado el primer pozo nos desviamos de la ruta para deleitarnos con las formaciones de la “Brain Cell Hall” (merece la pena). Continuamos y disfrutamos de una travesía muy bonita, dudando a veces de la descripción pero muy variada y entretenida.
Pozos, meandros, gateras, laminadores, pozos grieta, retrepes, pozos de subida con nudo en medio que hay que sortear y una salida estrecha que es como un parto.
Cuando estás saliendo y ves como los de fuera se parten de como las estás pasando piensas... “cabritos” (esto lo pensamos todos menos el primero que salió).
Salimos con buen tiempo y volvemos a los coches atravesando el eucaliptal un poco perjudicado por los vientos huracanados, lo que permite despejarnos de la congestión. Nos despedimos de nuestros compañeros polacos, recogemos a Javier y para casita.
Ha sido un fin de semana muy gratificante con dos travesías no muy complicadas y muy bonitas